domingo, 2 de noviembre de 2008

Australopithecus Africanus

El primer descubrimiento del Australopithecus Africanus se produjo en Africa del Sur, y lo constituía un cráneo infantil procedente de Taung, cuyo estudio realizó Raymond Dart en 1924. Esta especie es datada entre 3 y 2 m.a. basada en el Nino de Taung. El rasgo más destacable en este Australopithecus y en todos en general, es que se trata de un hominido. De acuerdo con los estudios dentales realizados, el Africanus procede de Australopithecus Afarensis y abre una línea evolutiva hacia el género Paranthopus, en tanto que otra línea, que también procede de el Afarensis. La forma de caminar era bípeda, común a todos los homínidos. Tenían actividad arbóleda. Su cara desde un punto de vista general es más corta, presenta menor prognatismo, unido a un menor tamaño de piezas dentales. Medía alrededor de unos 1,30 metros de alto y pesaba unos 40 kg. Su cerebro era pequeño. Se calcula que tenía una capacidad de 480 cm3 similar a los chimpancés modernos. Observando sus dientes, podemos concluir que los premolares y los molares son bastantes grandes, seguramente adaptados a la trituración. Realizando algunos tipos de análisis a estos dientes se pudo conocer que la dieta era sobre todo frugívora. Observando la posición del foramen magnum (abertura por donde sale el cordón espinal en el cráneo) podemos conocer si su posición no era erguida. En las especies que caminan erguidas el foramen magnum se ubica hacia el centro de la base del cráneo, como por ejemplo en el hombre. No solamente el foramen magnum me da un indicio de su forma de caminar, sino que observando la columna podemos inferir su marcha. En el hombre la columna tuvo que sufrir cambios para permitir que se desplace totalmente erguido. Uno de estos cambios fue adoptar una forma de S característica. Los monos antropomorfos en cambio no presentan esta forma. Observando los huesos hallados de este australopithecus, se pudo comprobar que la forma de la columna era típica de un homínido, con sus curvaturas que posibilitan el andar bípedo. analizando y la espina dorsal y la pelvis también podemos inferir su marcha y en este caso, podemos decir que los Australopithecus Africanus eran bípedos.

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